Cuando me enfrento al fracaso, siempre hay algo que mi madre me decía en mi mente: afrontar el fracaso con valentía. Quizás sólo puedas comprenderlo después de experimentar el fracaso una y otra vez. Quizás soy una persona que ha experimentado muchos fracasos. En ese momento, enfrenté valientemente el fracaso una y otra vez.
Cuando fracasas, lo que más necesitas es la ayuda de los demás. También debes aceptar con humildad las sugerencias que te hagan los demás, porque esos son tus defectos. Todo el mundo tiene la experiencia del fracaso, y yo también. Esta es la que más recuerdo.
Fallé innumerables veces cuando aprendí a andar en bicicleta, pero al final lo logré. Mi madre me ayudó a subir al auto y después de decirme algunas palabras sobre cómo dominar las habilidades, salí en un pie. Mi madre me siguió, quedándose sin aliento, pero seguí cabalgando. Más tarde mi madre estaba muy cansada. Si no me rindo, caeré. Mi madre estaba demasiado cansada, así que monté sola. Pienso: móntalo tú mismo, móntalo tú mismo y serás increíble si lo aprendes, pero lo aprendiste solo. Después de enderezar la bicicleta, me subí a ella, pero hice lo mejor que pude para no subirme y finalmente me subí. También salí como mi madre antes, pero mi cuerpo de repente perdió el control y mi mente se quedó en blanco. Pisé el pedal apresuradamente, pero no esperaba caerme cuando llegué al macizo de flores. Después de varias repeticiones, perdí la confianza. En ese momento, mi madre se acercó a consolarme a tiempo, lo que aumentó mucho mi confianza, y me subí al auto nuevamente...
Ahora he aprendido las lecciones de las veces anteriores y lo logré. ¡después de repetirlo tres veces! ¡Tengo libre control sobre ello! Cabalgué muy rápido, el viento aullando en mis oídos. Estoy extremadamente feliz y emocionado ahora, ¡este es mi propio éxito!
De este incidente sacamos una conclusión: las personas fuertes merecen un aplauso. No olvides enviar aplausos de aliento a los perdedores y decirles: "No importa, con nuestro apoyo siempre triunfaréis".