Una de las razones principales es que a medida que más y más gente llega a las ciudades, la mayoría de los edificios tradicionales de nuestro país ofrecen pocas habitaciones, lo que dificulta satisfacer las necesidades de vivienda. La población actual se ha duplicado o incluso triplicado en comparación con antes, lo que ejerce una grave presión sobre la oferta de vivienda. Por lo tanto, los nuevos edificios deben reemplazar a los antiguos con funciones más eficientes, incluso algunos de los edificios antiguos han sufrido graves daños.
No cabe duda de que la construcción o mantenimiento de edificios tradicionales es muy necesario para mejorar el gusto artístico y aumentar las opciones habitacionales de las personas. Además, estas casas antiguas se consideran un recurso importante para atraer turistas internacionales. Sin embargo, es necesario controlar la proporción de viviendas tradicionales, de lo contrario las viviendas de los ciudadanos se verán gravemente afectadas.
En general, mi punto es que la identidad cultural es tan valiosa que se necesitan más esfuerzos y medidas, pero con precaución. Las excelentes tradiciones ayudan a comprender profundamente la historia y educar a los jóvenes. Sin embargo, se trata de un acto simple e imprudente. Como es habitual, los nuevos edificios hacen más daño que bien al mejorar la vida de las personas.
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