Li Zheng, palabra china, pinyin es Li Zheng, que significa erguido. Fuente: "Libro de los Ritos: Qu Lishang": El maestro está en el camino, a la deriva con la corriente, y se está entregando. "Las Analectas de Confucio Xiangdang": Cuando un coche arranca, debe hacerlo correctamente. "Han Shu Ji Zan": el emperador Cheng era bueno arreglando su apariencia, trepando alto y cabalgando derecho, sin preocuparse por su propio cuerpo, sin decir cosas malas y sin señalar con el dedo.
"Las Analectas de Confucio y el Partido Rural" es un capítulo de "Las Analectas de Confucio", con un total de 27 capítulos. Registra la expresión, la comida, la vestimenta, la vivienda y el transporte de Confucio, elogia a Confucio como un caballero cuyos movimientos están en consonancia con la etiqueta y la justicia, y proporciona materiales vívidos para que las personas comprendan y estudien integralmente a Confucio.
Este artículo de 27 capítulos se centra en las expresiones, la comida, la ropa y la vivienda de Confucio, y elogia a Confucio como un caballero cuyos movimientos estaban de acuerdo con la etiqueta. Por ejemplo, la actitud de Confucio cuando se reunió con reyes y ministros; su comportamiento cuando asistió a cargos públicos y en el extranjero mostró integridad y bondad.
Este artículo también registra algunos aspectos de la vida diaria de Confucio, proporcionando material vívido para que las personas comprendan y estudien plenamente a Confucio. Confucio estaba tan avergonzado como en el municipio de Kugan, como si no pudiera hablar. En el salón ancestral y en la corte, habló de manera informal y respetuosa. Chao le dijo al doctor que estaba hablando como un lobo; cuando hablas con el doctor, ya estás bien. Estás aquí y eres tan bueno como eres. Etcétera.
Si nos llamas para hacer una caja de arena, el color será el mismo y las patas serán iguales. Esperad, mano derecha y mano izquierda. La ropa queda igual de bien por delante y por detrás. Avanzar es como un elefante alado. Si el invitado se estremece, se le ordenará que responda: Al invitado no le importa. Cuando entre por una puerta pública, haga una reverencia como si no se le permitiera hacerlo. Si no puedes pararte en la puerta, no puedes caminar por el umbral. Si está fuera de posición, la apariencia será como es y las palabras serán tan inadecuadas como son.