El aplauso es el estímulo y la bendición más hermoso. Cuando gane aplausos, daré más aplausos a los demás.
Ese día, cuando escuché los aplausos de mis compañeros, no pude evitar derramar lágrimas en secreto. Realmente, mis esfuerzos realmente valen la pena...
Desde el momento en que entré al tercer grado de la escuela secundaria, estaba listo para trabajar duro y decidido a obtener buenos resultados en el examen. Sé que es difícil, pero no importa lo difícil que sea, apretaré los dientes y perseveraré. Tengo la perseverancia.
A partir de entonces vivió una vida de "situación desesperada". Levántese a las 6 en punto todas las mañanas, lávese y comience a leer y memorizar fórmulas a las 7 en punto. Salga a la escuela a tiempo a las 7:40 y participe en el autoestudio de la mañana. Estaba enterrado en libros de texto y libros extracurriculares todos los días, y casi nunca salía del banco. Estudié hasta acostarme a las nueve y media de la noche. Recuerdo que en ese momento sentí que dormir era algo refrescante, porque solo en sueños podía jugar con valentía y relajarme.
Muchas veces quise rendirme, pero persistí. Cuando no quiero levantarme, quiero que mi madre me ayude a limpiarme la cara con agua fría. Cuando quiero tomarme un descanso, me digo a mí mismo que no debo bajar la guardia. Varias veces me escondía debajo de la colcha y lloraba para desahogar mis emociones reprimidas.
Se han anunciado los resultados de este examen parcial. Cuando recibí el examen de 100 puntos, me temblaban las manos. ¿Te imaginas cómo me siento? Mis resultados satisfacen a todos, porque sus aplausos me brindan un aliento y una afirmación infinitos. En mi opinión, ¡no hay mejor regalo en el mundo que un aplauso!
Gracias por vuestros aplausos, que me hicieron comprender una verdad profunda: los aplausos pueden cambiar la mentalidad, la personalidad e incluso la vida de una persona.
Entiendo el papel de los aplausos, así que haré todo lo posible para aplaudir a los demás. En un grupo de personas, es posible que mi aplauso sea el más fuerte.