Una visión curricular orientada a la vida. Dewey creía que “la educación es vida” y “la educación es crecimiento” [2]. La vida y la experiencia son el alma de la educación. Sin vida y experiencia no hay crecimiento ni educación. La educación escolar debe basarse en situaciones de la vida existente como contenido principal, en lugar de estudiar sistemáticamente proyectos existentes de artes liberales y ciencias compuestos de conocimiento científico. El contenido del aprendizaje de los niños debe ser la experiencia directa formada por sus propias actividades, y diversas formas de actividades deben ocupar un lugar destacado en el plan de estudios escolar.
La filosofía de la enseñanza de utilizar la resolución de problemas como método. Dewey señaló que "el proceso de enseñar es el proceso de cultivar hábitos de pensamiento". De acuerdo con el orden de pensamiento, los profesores primero deben establecer situaciones de experiencia real que interesen a los estudiantes, dejar que los estudiantes generen problemas reales en las situaciones, permitir que los estudiantes posean plenamente los materiales de aprendizaje y observar los problemas, finalmente, verificar las ideas de aprendizaje mediante la aplicación. Esta etapa de enseñanza se implementa en forma de "actividades" centradas en las necesidades del niño. Por tanto, este método de enseñanza puede hacer que los estudiantes actúen y piensen activamente.
La visión del profesorado que resta importancia al sentido de autoridad. Los educadores progresistas se oponen al papel arbitrario y dominante de los docentes en la educación tradicional. Creen que el sistema educativo formado por autoridades superiores que transmiten lo que deben aceptar a los destinatarios de niveles inferiores no es educación, sino adoctrinamiento y propaganda. El trabajo del maestro es simplemente decidir cómo proporcionar a los niños una formación para la vida basada en una mayor experiencia y un conocimiento más maduro. Por lo tanto, en opinión de los educadores progresistas, la "autoridad" de un docente sólo puede reflejarse en su "experiencia" y "conocimiento", lo que diluye en gran medida el sentido de autoridad del docente en la educación tradicional.
Una perspectiva escolar que enfatiza el espíritu colaborativo. Los educadores progresistas creen que las escuelas deberían alentar a los estudiantes a cooperar y los profesores deberían prestar atención a cultivar el espíritu cooperativo de los estudiantes. Las escuelas deben ser verdaderas formas de vivir la vida social, no sólo lugares donde se aprenden lecciones; la sociedad está formada por individuos que siguen líneas comunes y tienen objetivos comunes. Las escuelas deberían utilizar diversas formas de actividades y tareas para permitir que los niños aprendan a través de la vida directa.