Este artículo es conocido como el discurso sobre protección ambiental más conmovedor de la historia. Describe vívidamente y con fuerza la relación de carne y hueso entre los seres humanos y los ríos, el aire, los animales y las plantas de la tierra. Expresa el sincero cariño de los indios por la tierra.
"Esta Tierra es Sagrada"
Autor: Seattle
Para nuestra nación, cada parte de esta tierra es sagrada.
Cada playa, cada campo de cultivo, cada montaña, cada río, cada brillante aguja de pino, cada insecto zumbando y la niebla en la densa jungla, las nubes blancas en el cielo azul son sagradas en la memoria y la experiencia. de nuestra nación.
Somos parte de la tierra, y la tierra es parte de nosotros. La hierba verde, las hojas verdes y las flores son nuestras hermanas; los alces, los caballos y las águilas son nuestros hermanos. La savia fluye por el tronco del árbol como la sangre fluye por nuestras venas. Pertenecemos a la misma patria que las montañas, los ríos, los animales y las plantas de la tierra.
Lo que brilla en los arroyos y ríos no es sólo agua, sino también la sangre de nuestros antepasados. Cada reflejo en el lago claro refleja nuestras vivencias y recuerdos; el sonido del gorgoteo del agua hace eco de los cordiales llamados de nuestros antepasados. El río apaga nuestra sed, alimenta nuestro corazón y alimenta a nuestros hijos y nietos. El río lleva nuestras canoas, y las canoas viajan por el río que fluye constantemente. Las canoas están llenas de nuestras esperanzas.
Renunciamos a esta tierra y te la transferimos. Debes recordar: esta tierra es sagrada. El río es nuestro hermano y tu hermano también. Deberías tratar a nuestros ríos con tanta amabilidad como lo harías con tus hermanos.
A los indios les encantaba el olor de la brisa después de la lluvia, su sonido sobre el agua y la fragancia de la colofonia flotando en el viento. El aire también es precioso para nosotros porque toda vida lo requiere.
Si renunciamos a esta tierra y os la transferimos, debéis recordar: esta tierra es sagrada. El aire y la vida que nutre son uno. La brisa dio a nuestros antepasados su primer aliento y también despidió su último suspiro. Asimismo, el aire dará vida a nuestros hijos y nietos y a todos los seres vivos. Debes cuidarlo mucho para que también puedas saborear el dulce olor del viento que pasa entre la hierba.
Si renunciamos a esta tierra y os la transferimos, debéis recordar: esta tierra es sagrada. Debes cuidar bien de los animales de esta tierra. ¿Qué pasaría con los humanos sin animales? Si todos los animales murieran, los humanos también morirían. El destino que corrieron los animales eventualmente correrá sobre los humanos.
Decidle a vuestros hijos que la tierra que pisan son las cenizas de sus antepasados, y que la tierra preserva la vida de nuestros familiares. Diles a tus hijos, como enseñamos a los nuestros, que la tierra es nuestra madre. Todo lo que le suceda a la Tierra, eventualmente le sucederá a los hijos de la Tierra.
Amamos la Tierra como un bebé recién nacido ama el cálido abrazo de su madre. Debes amarlo y cuidarlo tanto como nosotros. Por el bien de las generaciones futuras, debéis dedicar todas vuestras fuerzas y emociones a proteger la Tierra.
Sabemos que la tierra no es de los humanos, pero los humanos pertenecen a la tierra.
Seleccionado en el volumen de escuela primaria de sexto grado de la Editorial de Educación Popular (15 lecciones en la unidad 4, leídas por Zheng Lan)