Las personas transforman sus emociones internas en música a través de sus propios movimientos. El cuerpo humano en sí es un instrumento musical. Por tanto, no basta con entrenar el oído, la voz y los dedos. También necesitamos entrenar la postura de las personas, la postura corporal y diversos movimientos corporales. No basta con enseñar a un niño a tocar un instrumento con los dedos. En primer lugar, debemos estimular su pasión por hacer música y transformar sus sentimientos hacia la música en movimientos, ritmos y sonidos específicos, despertando así sus instintos naturales, cultivando un sentido del ritmo que es extremadamente importante para el cuerpo humano, estableciendo condiciones físicas y mentales. armonía, haciendo que los sentimientos sean más delicados y sensibles, y haciendo que los niños sean más sanos y animados, estimule la imaginación y promueva las habilidades de aprendizaje en todos los aspectos.
El método de enseñanza de Dalcroz es básicamente el mismo que el de las clases de música básica, excepto que no se trata de enseñar, sino de escuchar música y utilizar movimientos para expresarla. Desde el principio se ha enfatizado que "la música es el arte del movimiento". La música debe reflejar sus características típicas como la discontinuidad y la conectividad, y los movimientos deben tener un sentido de música. Por ejemplo, la práctica de "caminar" generalmente comienza enseñando la velocidad, permitiendo a toda la clase caminar o balancearse a una velocidad prescrita, y luego agrega emociones como alegría, ira, tristeza y miedo. La velocidad no se puede cambiar. Explore los diferentes sentidos de dirección, como hacia adelante, hacia atrás y hacia la derecha, explore las sensaciones de tensión y relajación e imagine remar con brazos y pies en el agua y el barro. Explore diferentes formas de caminar, como saltar, correr y saltar, para estimular la imaginación de los estudiantes.