Mientras caminaba lentamente, lo primero que me llamó la atención fueron, naturalmente, esos grandes caracteres dorados: ¡Biblioteca! Antes de cruzar la puerta de la biblioteca, un fuerte aroma a libros golpea tu rostro, lo cual es inolvidable.
Cuando entras a la biblioteca, aparece una hermosa imagen: en la biblioteca silenciosa donde casi puedes escuchar tu propia respiración, todos absorben con avidez el conocimiento del libro, por miedo a perderse cada uno. detalle en el libro. Mirándolo así, parece que me quiero tragar el libro entero...
Aunque la biblioteca no es grande, no está nada abarrotada. Los libros están colocados de forma ordenada y ordenada, y la gente se sienta en silencio, despacio, despacio, sumergida en el mar de libros.
La impetuosidad del pasado hace tiempo que se diluyó con el alimento espiritual de los libros y desapareció sin dejar rastro. Siéntate tranquilamente, sosteniendo un libro, disfrutando de la frescura y elegancia del libro. Biblioteca, ¡qué palabra tan familiar! ¡Vayamos a la biblioteca tranquila y repleta de lecturas que nos rodea y disfrutemos del mar de libros!