Folclore de Xinji 1: Pinturas campesinas
Las pinturas campesinas de Xinji tienen una larga historia. Ya en las dinastías Ming y Qing, Xinji tenía tradiciones populares como la pintura, el bordado, el corte y el tejido. En la década de 1950, las pinturas campesinas de Xinji tomaron como forma principal los murales, que eran frescos, simples y de gran alcance. En la década de 1960, las pinturas campesinas de Xinji tendían a ser elegantes, meticulosas y centradas en el modelado. Desde la década de 1970, las pinturas campesinas de Xinji han expresado principalmente la vida, con características locales suaves, toscas, inocentes y hermosas, formando un estilo único de "ingenuo y simple, elegante y vulgar".
En febrero de 1987, las pinturas campesinas de Xinji se exhibieron por primera vez en el Museo Nacional de Arte de China, y posteriormente en más de 30 países, incluidas las embajadas de Francia y México en China, así como en Alemania. Austria, Estados Unidos, Italia, Suecia, Dinamarca y Australia. Se exhibió en varias regiones y despertó una fuerte respuesta. En 1988, la ciudad de Xinji fue nombrada "Ciudad natal de las pinturas populares chinas modernas" por el Ministerio de Cultura.
Xinji Folklore 2: Skin Stickers
Los Xinji Skin Stickers tienen una larga historia. Ya en las dinastías Ming y Qing, Xinji se llamaba condado de Shu. En ese momento, la industria del cuero de Shulu se estaba desarrollando sin precedentes. Tiendas de artículos de cuero, talleres de artículos de cuero, cuero blanco, pieles, carruajes y caballos, los más famosos son las chaquetas de piel de oveja Shulu y el cuero de mijo (cuero especial para la parte superior de las botas). Posteriormente se desarrollaron técnicas de coloración del cuero y curtido con tintes. Las pegatinas Xinjipi combinan pintura, tallado, bordado, corte de papel y otras funciones artesanales. Las imágenes son de colores brillantes, delicadas y realistas, y muestran tanto costumbres populares sencillas como efectos de relieve modernos. Las personas, los paisajes y los objetos de cada obra son realistas, reproducen fielmente las costumbres y costumbres locales y tienen un fuerte valor ornamental, práctico y estético.