No fue hasta 1957 que Chechenia restableció la autonomía nacional. Se puede decir que las políticas étnicas equivocadas de Stalin allanaron el camino para el posterior surgimiento del problema checheno, y la desintegración de la Unión Soviética y el ascenso de las fuerzas separatistas chechenas fueron las causas directas del estallido de este problema.
En 1991, Dudayev, ex comandante en jefe de la división de bombarderos pesados de la Fuerza Aérea Soviética, utilizó el "Incidente 8.19" para expulsar del poder al antiguo pueblo checheno-Ingushetia y fue elegido como primer presidente de Chechenia en las elecciones presidenciales del mismo año. Poco después de asumir el cargo, Dudayev estaba ansioso por declarar la independencia de Chechenia de la Federación Rusa. Esto puso a las autoridades rusas, que acababan de presenciar la desintegración de la Unión Soviética, en un peligro real de división nacional. Para frenar las tendencias separatistas de Dudayev, las autoridades rusas adoptaron inicialmente una estrategia de "presión para promover el cambio" contra Chechenia: aunque declararon "ilegal" el régimen de Dudayev, congelaron sus subsidios presupuestarios fiscales y se comprometieron a apoyar políticamente a la oposición chechena.