2. Pasaje clásico:
La tierna hierba verde salió del suelo. En el jardín, en el campo, mira, hay muchos árboles así. Siéntate, acuéstate, rueda unas cuantas veces, patea algunas pelotas, corre unas cuantas vueltas, da unas cuantas vueltas. El viento es suave y la hierba suave.
Melocotoneros, albaricoqueros y perales, si no me dejas, yo tampoco te dejo. Todos están llenos de flores. Los rojos son como fuego, los rosados son como nubes y los blancos son como nieve. Las flores eran dulces; cuando cerraba los ojos, los árboles parecían llenos de melocotones, albaricoques y peras. Cientos de abejas zumbaban bajo las flores y mariposas de varios tamaños volaban. Flores silvestres están por todas partes: variadas, con nombre y desconocidas, esparcidas en la hierba como ojos y estrellas, parpadeando y parpadeando.
"El viento del sauce no sopla frío en mi cara" es bueno, como la mano de una madre tocándote. El viento tiene olor a tierra, mezclado con el olor a hierba y varias flores, todo ello gestándose en el aire ligeramente húmedo. Los pájaros construyen nidos entre las flores y las hojas y son felices. Llama a sus amigos para mostrar su voz clara y su canto melodioso complementa la brisa fresca y el agua que fluye. El flautín del pastorcillo en el lomo de la vaca ha estado sonando todo el día a esta hora.