Coge el libro de cuentos de hadas que está en la esquina del armario, tira el polvo de la cubierta, abre las páginas amarillas y léelo de nuevo. Que el huso del tiempo deje de girar y que los recuerdos de la niñez canten para mi niñez.
Canto sobre mi infancia, sobre los malvaviscos rosas de mi madre. Dulce y suave, siempre me da valor cuando lloro. Canto sobre mi infancia, sobre aviones de papel meciéndose con el viento. Lo dejé levantar con el viento con mi corazón. Luego lo perseguí, corriendo entre la hierba verde, las plántulas de trigo dorado y el invierno nevado. Canté sobre mi infancia, cantando "Red Crayon". Lo uso para dibujar a mis padres y nuestro hogar feliz. Canto por mi infancia. Le canto a las langostas del dinero en la puerta. La regué y me dio todo un verano verde y fresco y un sueño de crecer.
Cuando era niña, anhelaba crecer con la falda azul plisada de mi hermana y la pluma llena de sabiduría de mi padre. Entonces, me negué a comer malvaviscos o sostener muñecas. Dibujé líneas blancas en los árboles pequeños, con la esperanza de crecer cada vez más.
Entonces, las flores florecieron y cayeron, y yo crecí lentamente en el ciclo de cuatro estaciones. La coleta alta, la tan esperada falda plisada y el bolígrafo negro me dicen que he crecido.
En aquel verano en el que las rosas estaban en plena floración, me despedí de mi infancia. Cuando me volví para irme, me negué obstinadamente a mirar atrás.
Sin embargo, es demasiado tarde para darse cuenta del valor de la infancia después de perderla y para apreciarla cuando ya no la tienes.
Canto por mi infancia ~ ~
No supe su valor hasta que lo perdí.
En una vida larga, lo más preciado es la amistad.
La amistad es el puente entre las personas. Cuando se rompe, el corazón se enfriará con el tiempo y el verdadero amor se marchitará con el tiempo. Pero cuando se pierde, ya es demasiado tarde para saber su valor.
Cuando era niño, siempre me sentaba solo, lo que creaba una brecha entre mis compañeros y yo. Tal vez fue su entusiasmo, iniciativa y generosidad lo que me contagió y llegamos a conocernos, lo que hizo mi vida un poco más brillante. Pero los buenos tiempos no duraron mucho. Ambos estábamos actuando fuera de lugar en ese momento. Tal vez sea porque era joven y voluntarioso y no sabía dar y recibir, o tal vez fue simplemente porque el libro era tan bueno que nos atrajo. Lo lamento y estoy deprimido. Nuestra amistad era tan frágil que se dividió en diferentes cosas por una pequeña cosa. Volviendo a mirar nuestros pasos, hay risas y lágrimas. Creo que si hubiéramos cedido un poco ese día, tal vez nuestra amistad seguiría siendo tan brillante como hoy. Sé que es demasiado tarde y siento que la pérdida de la amistad es muy dolorosa.
Amigos, cuando se tiene amistad, hay que saber valorarla. ¡Una vez perdido, sentirás que nada es más valioso que la amistad!
¡Unamos nuestras manos para hacer que nuestra amistad dure para siempre y que nuestra alegría dure para siempre en lugar de suspirar después de perderla! !