Viajar con la lluvia en prosa lírica.

La lluvia de abril mojó los ojos entrecerrados de la ciudad.

Una mujer se despidió de dos perros sentados en el sofá con un beso, llevando basura en la mano izquierda y sosteniendo un paraguas en la derecha, y siguió la lluvia... Sus tacones jugaban con la lluvia en el suelo. , y ella dejó escapar una risa crujiente. Pasando por la peluquería para inducir ojos confusos, pasando por el sonido exagerado de la radio en la farmacia, pasando por la ajetreada escena de la comida en la tienda de desayunos, pasando por el viejo baniano sobreviviente en la intersección. Extraño las costillas, los tomates y los cangrejos durante todo el camino...

La lluvia llevó a esta mujer cerca de la estación de basura. El bote de basura sigue siendo el mismo bote de basura. No importa si llueve o no, no importa qué tipo de basura llegue, su cuerpo está esperando sin motivo. La mujer seguía igual, tapándose la nariz y poniéndose de puntillas.

De repente, varias figuras aparecieron al borde del camino. Los rostros de hombres y mujeres no tienen carne, sus rostros saltan, se ven los dientes y los pies corren. Uno llega, otros retroceden. Una mano oscura y arrugada alcanzó la bolsa de basura, y la bolsa de basura le obedeció. Esta arena, ¿es un juego al que juegas?

La lluvia gotea por las varillas del paraguas, como gotas sobre el corazón de una mujer. La expresión de su rostro se volvió cada vez más complicada y su mente se llenó de basura fangosa. La comida sin terminar de ayer, la ropa interior gastada, media botella de vino tinto caducada, tres rosas marchitas, eso… Su cara se iba poniendo cada vez más roja, como si lo que le estaban robando no fuera basura, sino privacidad. Es el lujo de la privacidad.

Un trueno atravesó el cielo de la ciudad, como un suspiro proveniente del exterior. ¿Lamentas que los niños sólo jueguen e ignoren a sus padres? ¿Se lamenta que el país diga que está bien pero no lo haga bien? ¿Lamentarse de que la sociedad haya descuidado su deber y no haya hecho nada? ¿Es la impotencia del anciano? ¿O es el lujo de ese montón de basura?

La mujer se giró en silencio, siguiendo el sonido de la lluvia. Detrás de él, el anciano estaba arrodillado frente a la basura, buscando tesoros. En la caja del salón de belleza, un perro de pelo amarillo y un perro están tumbados frente al ordenador mirando una imagen de electricidad. Otro suspiro vino del cielo, retumbar, retumbar...

Por muy fuerte que sea la lluvia, es inútil y no puede borrar la cruel realidad.

En este momento, la lluvia es como humo. Pálido y débil.