Así que, para esas personas, la responsabilidad es pesada. Primero debemos hacer que le duela el corazón, dejar que sus músculos y huesos se agoten, dejarle pasar hambre, dejarle sufrir pobreza, dejarle hacer las cosas mal y nunca estar satisfecho. A través de ellos, su mente se perturbará, su carácter se fortalecerá y sus talentos aumentarán.
La gente a menudo comete errores antes de tener tiempo de corregirlos; sólo puedes marcar la diferencia cuando tu corazón está preocupado y tus pensamientos están bloqueados y eso se expresa en tu rostro, y llegan los suspiros de cantar sutras; de tu voz, y entonces entiendes. Si un país no tiene ministros respetuosos de la ley y hombres sabios que ayuden al monarca, y si no hay países hostiles ni enemigos extranjeros, el país (así) a menudo perecerá.
Solo así podremos saber que podemos vivir preocupándonos y morir entregándonos a la felicidad.