Más adelante en la etapa de madurez, el objetivo puede ser atraer más clientes o maximizar el producto ofrecido a cambio de efectivo. Cuando un producto entra en declive, el objetivo de la empresa puede ser salir del negocio rápidamente. Para ello, es posible establecer un precio bajo que vacíe el inventario.
Cada empresa debe traducir sus objetivos concretos en productos concretos a precios concretos. Para ello primero debemos analizar su coste, ya que el coste establece el precio más bajo aceptable. Para sobrevivir en el largo plazo, las empresas deben cobrar tarifas, que se utilizarán para pagar la producción y venta de sus productos.
Existen dos costes para producir un producto: costes fijos y costes variables. Los costos fijos, incluidos los pagos de alquiler, electricidad, seguros y costos administrativos, no se verán afectados por la cantidad de productos vendidos. Ya sea que la empresa venda 10 unidades o 100 unidades, el alquiler de la construcción debe pagarse a tiempo. Por otro lado, los costos variables también dependen de las ventas. Incluyen materias primas, insumos utilizados en la producción, consumo y mano de obra en el proceso de producción. Costo total La suma de los gastos fijos y variables de operar una empresa.
En general, la cantidad de reducción de costos aumentó. Cuantas más unidades se produzcan, menores serán los costos unitarios porque los costos fijos se distribuyen entre más unidades. Además, debido a que se producen más unidades, se logran economías de escala en producción, ventas, distribución y promoción. Además, los costos de producción y marketing caerán aún más a medida que aumente la productividad de los empleados. Este fenómeno se llama curva de experiencia y anima a las empresas a fijar precios relativamente bajos para sus productos con el fin de generar volumen.