2. Como padre, veo los cambios en mis hijos día a día y me siento feliz en mi corazón. Sé que cada progreso que logra un niño es inseparable de la enseñanza sincera del maestro, la ayuda desinteresada de sus compañeros y el arduo trabajo de sus padres. Tengo motivos para creer que con nuestra empresa y la orientación científica de los profesores, los niños crecerán sanamente y serán nuestro orgullo.
3. Es muy reconfortante ver a mis hijos en clase de vez en cuando. En nuestra impresión, es completamente diferente de la enseñanza en el aula de la escuela primaria. El aula se llenó de risas, una comunicación bidireccional entre profesores y alumnos. La discusión del grupo fue animada y los niños tenían un fuerte deseo de expresarse. Con suficiente preparación, el profesor actúa como anfitrión y los estudiantes actúan como actores, permitiendo que los estudiantes hablen libremente. Al ver el gran entusiasmo de los niños por aprender, me sentí aliviado.