Sin embargo, algunas personas cuestionan esta arbitrariedad. Según ellos, existe una gran similitud entre las palabras onomatopéyicas (como "guau") y los ladridos de perro, lo que lleva a la similitud en el lenguaje.
Sin embargo, si lo piensas bien, perro ladrando es "wow" en inglés, que es muy diferente de nuestro "dog ladrando". Si los idiomas fueran realmente similares, entonces todos los idiomas deberían ser iguales, lo cual es muy poco probable.