El nombre en inglés para los organismos genéticamente modificados es “Geneticly Modified Organisms”, abreviado como “GMOs”.
La tecnología transgénica es una tecnología que introduce genes extraños en el organismo objetivo cambiando el genoma del organismo, de modo que tenga un rasgo o función específica. La tecnología transgénica se ha utilizado ampliamente en la agricultura, la medicina y la industria.
En el ámbito agrícola, se plantan ampliamente cultivos modificados genéticamente para mejorar el rendimiento de los cultivos, la resistencia a las enfermedades y la tolerancia al estrés. Los cultivos genéticamente modificados a menudo están diseñados para tener características como resistencia a insectos, resistencia a hierbas y tolerancia a la sequía para aumentar el rendimiento y la calidad de los cultivos. Por ejemplo, el maíz y la soja modificados genéticamente se utilizan ampliamente para resistir las plagas, mientras que el algodón modificado genéticamente tiene propiedades resistentes a los insectos y las hierbas. La tecnología transgénica también se puede utilizar para mejorar el valor nutricional de los cultivos, por ejemplo añadiendo vitamina A a los cultivos para abordar la deficiencia de vitamina A.
Sin embargo, los cultivos genéticamente modificados también han causado cierta controversia. A algunas personas les preocupa que los cultivos genéticamente modificados puedan tener efectos negativos en la salud humana y el medio ambiente. Les preocupa que los cultivos genéticamente modificados puedan provocar problemas como alergias, toxicidad y resistencia a los antibióticos.
Además, los cultivos modificados genéticamente también pueden tener un impacto en la biodiversidad, por ejemplo, al difundir genes modificados genéticamente en especies silvestres.
Para garantizar la seguridad de los cultivos genéticamente modificados, muchos países han establecido estrictas medidas regulatorias y requisitos de etiquetado. En los Estados Unidos, los alimentos genéticamente modificados deben ser aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA) y deben estar claramente etiquetados. La Unión Europea ha adoptado medidas regulatorias más estrictas, exigiendo que los alimentos genéticamente modificados se sometan a estrictas evaluaciones de seguridad y estén claramente marcados en las etiquetas de los alimentos.