Cómo escribir una composición de 95 páginas en el cuaderno de ejercicios de apoyo para el idioma chino de noveno grado

El otoño siempre ha sido mi estación favorita. Me gustan los hermosos paisajes en otoño. Cada paisaje en otoño me embriaga, especialmente los campos en otoño.

Caminando por los caminos de campo, los pulcros álamos blancos al borde del camino extendían sus enormes brazos, como soldados en plena formación, extremadamente poderosos. Las hojas de las ramas se han transformado en ropas amarillas de otoño. La brisa sopla y hace un crujido. Las hojas no pudieron resistir la tentación del viento otoñal y volaron juguetonamente en el aire, luego cayeron al suelo tranquilamente, cubriendo la tierra con una alfombra natural. La alfombra era amarilla y suave, crujía cuando la pisabas.

A través del camino del campo, aparecen campos de trigo dorados. El viento otoñal soplaba y las olas del trigo rodaban, haciéndome sentir como si estuviera en un océano dorado. Las olas de trigo brillan con una luz dorada bajo la luz del sol, lo que hace que las personas no puedan abrir los ojos. Pero ¿cómo podría dejar de lado este encantador paisaje? Corre el riesgo de que te duelan los ojos para disfrutarlo. ¡Mirar! Las espigas de trigo sonreían, balanceaban la cintura dobladas de risa, asentían con frecuencia y se saludaban. Deben estar celebrando un baile de la cosecha. No es de extrañar que la chica del viento no quisiera irse por mucho tiempo, esparciendo ráfagas de fragancia sobre los campos de trigo.

A lo lejos, el maíz también se alzaba erguido, pareciendo custodiar este hermoso campo. Quizás ellos también se sientan atraídos por este encantador paisaje y estén dispuestos a ser los guardianes de este hermoso paisaje. Al observar las olas del trigo rodando y oliendo la fragancia del trigo, los rostros sonrientes de los tíos granjeros aparecieron frente a mis ojos. Estaba borracho y sumergido en este encantador paisaje.

Los campos en otoño siempre han sido una imagen hermosa en mi corazón. Esta imagen siempre ha estado profundamente grabada en mi mente. Ningún paisaje puede reemplazarla.