Estados Unidos y muchos otros países occidentales consideran a los niños como la riqueza del país y de la sociedad, respetan su individualidad y consideran la vida misma como la riqueza más importante.
China considera el desempeño de los niños como el valor más importante. Los niños con malas notas piensan que tienen poco valor. Tener buenas notas significa que eres superior a los demás. El concepto de jerarquía está muy extendido. Otros talentos no son reconocidos ni desarrollados.
En los países occidentales, el concepto de igualdad es muy popular. Cada uno tiene su propio valor y los talentos de cada uno pueden afirmarse y desarrollarse en todos los aspectos.
La educación de calidad en China se reduce a exámenes de artes y deportes, todos ellos utilitarios y jerárquicos. El objetivo más importante es conseguir puntos extra, sin tener en cuenta las aficiones y talentos del niño. Los niños no están dispuestos a aprender estas cosas.
Las artes y deportes occidentales son parte de la vida, para la felicidad y la sublimación del alma.
La política de planificación familiar de China ha hecho que los padres pierdan la perspectiva y la idea de comparación campa a sus anchas. El estrés se centra en los niños. Hay demasiada gente y recursos educativos limitados. El número de plazas sólo se puede limitar si el examen es extremadamente difícil, por lo que es inútil si el examen es demasiado difícil.
Los países occidentales no tienen estas presiones poblacionales. Las calificaciones académicas y los exámenes son muy prácticos. India también tiene presión demográfica y los exámenes de ingreso a las buenas escuelas son similares a los nuestros.
La práctica de eludir la responsabilidad es muy común en la sociedad china. Cuando algo sale mal, los padres culpan a la escuela y la escuela culpa a los padres. No piensan en sus responsabilidades. Un niño que se tuerce el tobillo mientras usa zapatos de cuero en la clase de gimnasia demandará a la escuela.
A los niños japoneses se les enseña desde pequeños a no molestar a los demás y a ser responsables de sí mismos. Incluso si alguien muere en el campamento, se dan cuenta de que el desastre natural es inevitable y los niños no pueden escapar, por lo que no culparán a la escuela.