Algunas salas del palacio de Sina Hrib son bibliotecas, que contienen una gran cantidad de tablillas de arcilla que registran diversos conocimientos prácticos y religiosos. Este conocimiento provino del sur de Mesopotamia, ya que los asirios estaban completamente endeudados en su vida espiritual con los antiguos sumerios y los antiguos babilonios. Para obtener todo el conocimiento práctico que pudieran obtener, para facilitar su administración y comercio, y porque estaban dispuestos a adorar a todos los dioses babilónicos, los asirios trajeron tablillas cuneiformes de Babilonia ya en 1225 a.C., cuando saquearon la ciudad. Así, cuando Ashur-Banipal (668-627 a.C.), el erudito sucesor de Sinatra Hrib, completó la colección de la Biblioteca de Nínive, ésta contenía prácticamente todos los clásicos académicos y literarios disponibles de Mel y Babilonia.
¿Cómo reveló el reinado de Sinatra Hrib la gloria de Asiria?
Para conmemorar su victoria militar, Sinatra Hrib construyó Nínive, una nueva y espléndida capital, a lo largo del curso superior del río Tigris. Desde la distancia, Mesopotamia nunca había visto una ciudad tan hermosa. El perímetro de las murallas de Nínive era de 12 kilómetros. Hay muchos templos espectaculares y un palacio con al menos 765.438 habitaciones. Hay huertos y zoológicos fuera de las murallas de la ciudad, y hay muchos árboles raros y animales exóticos que Sinatra Herrib ordenó transportar desde lugares lejanos. Insatisfecho con la calidad del suministro de agua local, el poderoso rey supervisó personalmente un proyecto inusual para atraer manantiales frescos de montaña desde 50 millas de distancia a través de zanjas y acueductos. Para conmemorar la finalización de este proyecto, los asirios pintaron estatuas de los dioses en el nacimiento del canal y registraron, a modo de inscripciones, todos los logros militares de Sinatra Hrib.