A medida que la sociedad se vuelve más abierta, las palabras que antes se consideraban malas palabras se volverán menos ofensivas.
La historia de las malas palabras
En los Estados Unidos contemporáneos, las palabras con tendencias racistas a menudo se consideran más ofensivas que el abuso sexual; un buen ejemplo es la palabra nigger, que está estrictamente prohibida en los Estados Unidos e incluso afecta a algunas personas que suenan similares pero tienen significados diferentes, como. como tacaño, significa "tacaño". Un ejemplo famoso ocurrió en 1999, cuando el alcalde del estado de Washington, Anthony A. Williams, pidió a uno de sus empleados que renunciara porque usó la palabra tacaño durante una reunión privada de personal. Las investigaciones en psicología lingüística muestran que las palabras tabú, como las malas palabras, pueden provocar reacciones fisiológicas en las personas que las leen o las escuchan, como un aumento del ritmo cardíaco.