"Aún no has bailado, George", dijo. "No es divertido si siempre estás estudiando y nunca jugando. Ven conmigo esta noche".
"Tal vez tengas razón, Jim", dijo George.
Así que fueron a un baile y se lo pasaron genial. George estaba tan feliz que bebió mucho, mucho más de lo habitual. Jim estaba muy preocupado por él, así que le dijo: "Caminemos de regreso con el viento fresco".
De camino a casa, pasaron por un puente. Mientras George miraba hacia abajo desde el puente, los reflejos de las estrellas en el río brillaban.
"¿Hay alguna luz ahí abajo?", preguntó George.
"No, son las estrellas, George", respondió Jim.
"¿Estrellas?", volvió a preguntar George: "¿Cómo subimos?". ¿Estamos en el cielo? "