Cuando estalló el conflicto sirio en 2011, Bader presenció la destrucción de su hogar y la muerte de sus hijos. Desde entonces, recoge a menudo piedras en la playa, las utiliza para exponer la situación de los sirios y las publica en las redes sociales.
El hombre de 52 años ha creado más de 25.000 obras, cada una de las cuales es realista.
Malas esperanzas de que la gente pueda “ver” Siria a través de su trabajo. "No tengo cámara y no he grabado ninguna obra. Después de terminarlas, las observaré por un tiempo, luego las desarmaré y haré una nueva. Ésta es la única manera de preservarlas y asegúrese de que la gente pueda verlos."