1. La estructura de personal es demasiado rígida: el sistema de administración pública británica presta demasiada atención a la división de puestos y niveles, lo que conduce a una estructura de personal rígida y no favorece el desarrollo y la calidad de la carrera. mejora de los funcionarios públicos.
2. Falta de flexibilidad e innovación: El sistema de administración pública británica carece de suficiente tolerancia y apertura a nuevas ideas, nuevas tecnologías y nuevos métodos, lo que no favorece la satisfacción de las necesidades del desarrollo social.