Por lo tanto, el EI en realidad tiene una ventaja comparativa en la lucha callejera. Sin embargo, el ejército iraquí también tiene su propia carta de triunfo. En primer lugar, Irak tiene drones que pueden usarse para realizar misiones de reconocimiento y ataque, por lo que es más difícil ocultarlo. Además, la oportunidad de que las operaciones aéreas aliadas ayuden a las fuerzas iraquíes a proporcionar cobertura dificulta que el EI quede atrapado.
Además, el ejército iraquí también puede adoptar otra estrategia, que es bloquear la fortaleza para que la organización EI no tenga forma de retirarse. En este caso, el ejército iraquí y el EI librarán una guerra de desgaste y utilizarán estrategias de guerra psicológica. La ventaja de esto es reducir la tasa de desgaste del ejército iraquí y, al mismo tiempo, convertir la pasividad en iniciativa, de modo que el EI tenga que afrontar dos finales: rendirse y quedar atrapado. Pero la desventaja es que el ejército iraquí necesita llevar a cabo un bloqueo a largo plazo y el costo es relativamente alto.
A juzgar por la situación actual, el ejército iraquí debería ganar al final. Incluso si alguien apoya en secreto al EI, es hora de detenerse, de lo contrario será menospreciado por el mundo. El EI está ahora al final de su fuerza y la fuerza organizacional atrapada eventualmente desaparecerá. Pero no se puede descartar que el EI siga existiendo como grupo guerrillero. Tomará tiempo resolver este problema.