Amar a alguien debe ser como amar a la patria, a las montañas y a los ríos. Pensar en ello me rompe el corazón. Las montañas y los ríos nunca responden, y los ríos nunca regresan. Cuando te enamoras, no puedes saber si eres dueño del mundo o si el mundo te abraza, pero cuando te vas, el mundo parece no haber cambiado nunca gracias a ti. Tienes sentimientos y recuerdos, comprendes las causas y consecuencias y aprendes a amar a los demás, pero nunca podrás volver a hacerlo.