Carta de Suhomlinsky a su hija texto completo.

La tercera carta:

Querida hija:

Quiero repetirlo una vez más: las mujeres son las maestras en el amor. Ella es una fuerza poderosa en la educación de los hombres para que se conviertan en verdaderos seres humanos. Estoy mil veces convencido de que la valentía y el coraje de una mujer pueden crear en un hombre riqueza espiritual, pensamientos nobles, corazón hermoso, lealtad y confianza. Me preguntas, ¿cómo puedo convertirme en el maestro del amor? ¿Cómo podemos mostrar sabiduría y valentía en el amor? ¿Dónde está la fuente de este poder?

Las niñas, las niñas y las madres de niños deben aprender la verdad de que el amor es una responsabilidad, y que la responsabilidad debe cumplirse primero y luego se puede obtener la felicidad, incluida la felicidad de la vida amorosa. La felicidad del amor radica en tener una gran responsabilidad hacia una persona. Creo que la regla importante de la educación es que las escuelas y las familias deben estar llenas del espíritu de ser responsables de la felicidad, la felicidad, el destino y la vida de los demás. Deje que los niños comprendan y comprendan desde una edad temprana:. Cada paso y acción que dé tendrá repercusiones en la vida espiritual de las personas que lo rodean: camaradas, padres, maestros y "extraños". Sólo cuando no trae desastres a los demás, no intimida ni molesta a los demás, podrá convertirse en una persona que viva una vida pacífica y feliz. Los niños, adolescentes y jóvenes que acaban de ingresar a la escuela no pueden dormir tranquilos. Se les debe hacer comprender que su actitud descuidada traerá dolor al corazón de los demás. Querida hija, este es el poder de crear amor que mencioné anteriormente.

Para crear este poder en una persona se requiere otra persona, que debe ser mentalmente más fuerte, más rica y más desinteresada de corazón. Pero todo el mundo debería ser también un autoeducador. Una persona que sabe amar con sabiduría y valentía debe ser buena para comprender a la persona con la que vive y responder a los movimientos sutiles de su corazón. Sólo una persona que es emocionalmente delicada, sensible, considerada y amable puede convertirse en una persona verdaderamente estricta, intransigente y despiadada con el mal, e intolerante con los pensamientos frívolos, el servilismo mental y psicológico y el comportamiento despreciable.

El espíritu de responsabilidad mutua entre todos debe impregnar todo el ámbito de la vida escolar. Respecto a este tema, os volveré a escribir cuando tenga la oportunidad.

Debe ser