Fuente
Esta frase proviene del libro de Baby Annie "La edad de oro de Su Nian".
Extracto del texto original
El té blanco no es otra cosa, estoy esperando que el viento te espere,
El vino amargo sale del sauce, ahí No hay viento, ni luna, ni tú.
Traducción
Originalmente, mi vida tranquila solo consistía en té, un toque de vino y acentos locales, pero contigo estoy esperando tu llegada todo el tiempo.
Pero ahora tenemos que separarnos, como ramas de sauce que se siguen rompiendo. Sin tu compañía, la vida se vuelve muy aburrida, incluso sin romance, sin ti.
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Esta frase expresa el anhelo y la pérdida de amor del autor. La vida originalmente simple y ordinaria se volvió colorida gracias al amor, pero cuando el amor se va, la vida se vuelve muy monótona. Nos recuerda que debemos valorar la felicidad que tenemos, porque los momentos hermosos de la vida pueden desaparecer sin darnos cuenta.
Experiencia creativa
Annie Baby es famosa por su estilo de escritura sensible e independiente. La mayoría de sus obras describen el amor, con emociones profundas y una escritura delicada. Esta frase proviene de su libro "La edad de oro de Su Nian", que cuenta la historia de amor de una pareja de jóvenes que se enamoran. La autora utiliza esto para explorar las dificultades que encuentra la gente moderna en la búsqueda del amor.
Anotar...
El té blanco se refiere al té Pu'er y Qinghuan se refiere a un estado de ánimo relajado.
El vino amargo es un modismo chino que significa que el dolor del mal de amor es inolvidable.
Iluminación de la vida
Esta frase nos dice que en la vida siempre nos encontraremos con muchas cosas triviales, pero si hay alguien que pueda acompañarnos en ello, entonces la vida no será fácil. No importa lo sencillo que sea. Incluso si estamos separados, seguiremos extrañando ese hermoso momento porque esperamos juntos el viento, probamos el té verde juntos y compartimos cada parte de la vida juntos. Esta frase nos recuerda que debemos valorar a las personas que nos rodean, aprovechar los momentos hermosos de la vida y no dejar que el tiempo nos lleve demasiados arrepentimientos.
Personalmente he experimentado el dolor de perder a alguien cercano a mí, pero también he aprendido a valorar a las personas y las cosas que tengo ahora. Creo que mientras buscamos la riqueza material, también debemos prestar atención a los intercambios emocionales entre las personas y valorar los lazos familiares y de amistad. Porque estas cosas no tienen precio, y sólo cuando se pierden te das cuenta de lo preciosas que son. Por lo tanto, valoremos a las personas y las cosas que nos rodean y mejoremos la vida.