¿Cómo mejorar la concentración de los niños?
Niños con emociones relativamente estables
En la naturaleza, los niños pueden correr, saltar, brincar, gatear, rodar y gritar, relajándose y reduciendo así la tensión, la ansiedad y la inquietud.
Además, la naturaleza potencia la sensación de paz y muchas veces aporta calidad a los niños. Muchos niños enérgicos reducen la velocidad, cavan un hoyo en la arena, observan gatear a las mariquitas o juegan con palos en un charco de barro para pasar el tiempo. Varios estudios han encontrado que la exposición a la autoconciencia puede aliviar los síntomas del TDAH y la ansiedad.
Un estudio encontró que tomar clases al aire libre un día a la semana mejoró significativamente los patrones diarios de cortisol de los estudiantes, lo que refleja menos estrés y una mayor resistencia al estrés, en comparación con los niños que solo recibieron instrucción en el interior. Además, en un estudio con niños de un entorno rural, se descubrió que aquellos que tenían más paisajes naturales cerca se recuperaban mejor en momentos de estrés.
Niños más inteligentes
Los niños nacen científicos y les encanta experimentar las vistas, los olores, los sonidos y las texturas del aire libre. La naturaleza ofrece innumerables oportunidades para el descubrimiento, la creación y la resolución de problemas; la naturaleza es como un vasto laboratorio de aprendizaje abierto.
La interacción con el entorno natural permite a los niños aprender haciendo y probar diversas ideas creativas. ¿El niño piensa, cuestiona, formula hipótesis? cultivando así la curiosidad.
Ya sea juzgando la distancia entre dos rocas antes de saltar o considerando adónde van los insectos durante el invierno, los niños piensan constantemente en sus momentos en la naturaleza. Estas experiencias proporcionan un aprendizaje auténtico e incomparable. Cuando los niños corren riesgos, fracasan y vuelven a intentarlo, ganan resiliencia y confianza.
Niños más compasivos
En la naturaleza, los niños pueden jugar solos, pero necesitan más cooperar con familiares y amigos, lo que les ayudará a aprender a compartir y resolver el problema.
En la naturaleza, los niños suelen jugar y establecer reglas juntos porque no existe un conjunto prescrito de instrucciones. Es posible que los niños en edad escolar no estén cerca de los adultos cuando exploran al aire libre, lo que les da tiempo para establecer sus propias reglas y resolver sus propios problemas sin restricciones.
A menudo, incluso los niños ruidosos y activos pueden disminuir la velocidad y aprender a concentrarse en sus sentimientos internos cuando se trata del mundo natural.
Niños más sanos
El aire fresco de la naturaleza es vigorizante y brinda infinitas oportunidades para realizar actividad física, lo que fortalece el cuerpo. El juego al aire libre también mantiene a los niños más activos que el juego en el interior, ¡manteniéndolos tan saludables como “pequeños monos”!
También quiero recordarles a todos que como padres, intentamos participar en algunos "campamentos de padres e hijos" porque el contacto con la naturaleza es bueno para los niños y bueno para los padres.