Una fuerte relación materna o paterna entre padres e hijos puede empeorar la afección. El papel de los padres es más práctico y directo cuando los hijos todavía viven con ellos que cuando se han mudado, especialmente si la distancia dificulta las visitas.
El síndrome del nido vacío se ha vuelto más común en los tiempos modernos a medida que las familias numerosas se vuelven menos comunes que en generaciones pasadas y los adultos mayores viven solos.