La infancia es una pintura. La misma granja, bajo el cielo azul, todo lo que quieras, flores, verduras, nubes blancas, ¡un sol cálido!
Lo que siento aquí es alegría y felicidad. Vivo feliz todos los días. Era muy pintoresco y siempre había tanta poesía en él, pero no lo entendí en ese momento.
En mi infancia, las montañas distantes eran verdes y cubiertas de nieve, y yo llevaba el ganado a pastar o regresaba a casa. Los momentos más bellos siempre se recuerdan en los recuerdos, y el paisaje más hermoso está a tu alrededor y no se puede ignorar.
El mundo de la infancia era muy sencillo, lleno de paisajes naturales. Lo declaras tuyo y nadie puede competir contigo.
Recoger flores en el jardín es lo más feliz. Es una pena que este tiempo sea demasiado corto, no porque nos conocimos demasiado tarde, sino porque vivimos en los recuerdos temprano.
El mundo sin preocupaciones es tan grande como un jardín, verde y hermoso. Huele delicioso al tocarlo. Este sentimiento es muy conmovedor, como el sueño de una flor, el nombre de la infancia.
Por allá, las gallinas, los patos y las ovejas, ¿qué están haciendo? Todos están haciendo lo que aman. Un mundo puro está satisfecho de sí mismo y cada centímetro de tiempo está lleno de amor, que puede escribirse en memorias.
La intención original es siempre tranquila, con demasiados colores y detalles en ella. Mézclalo todo y será un hermoso día que nadie te podrá quitar.
Recoge frutas con tus amigos y come las más dulces, independientemente de los demás, tú le das un mordisco y yo le doy un mordisco, disfruta y te llevas una bolsa a casa. Se me hace la boca agua sólo de pensar en Tsubaki.
Es una forma de compartir, de compartir la felicidad, para no agradar a nadie. La belleza no está dispuesta a ser excluyente, ni siquiera un corazón puro.
Sin la agitación del mundo, sin saber qué está bien y qué está mal, hay muchas cosas que pueden liberar la inocencia y el romance. Dos personas montan a caballo y se encuentran para viajar alrededor del mundo.
El mejor momento no es cómo vivir, sino cómo ser feliz en el camino de la vida. Tú estás delante de mí y yo detrás de mí, nunca confundido e infinitamente libre.
Lo mismo ocurre con nuestra infancia, parados juntos y mirando, ojos claros como el agua, en un lugar limpio y luminoso, jugando un rato, el mundo abraza nuestro crecimiento y nos protege a todos.
Sin cosas aburridas, sin adornos, una vida sencilla, el mundo más próspero.
La juventud está muy orgullosa. Si te das un capricho, podrás conducir alrededor del mundo. El mundo es tan vasto y, en una era de inocencia, vale la pena tenerlo todo.
Lo mejor y lo mejor son naturales, no inconsistentes, no artificiales, no hay adulación en el mundo.
Tranquilo y pacífico, caminé con una brisa fresca y una sonrisa. El ganado vacuno y las ovejas pastan y no los molesto. Se siente hermoso.
Sería fantástico si estuvieras alegre, pretendieras ser un adulto y tuvieras ganas de crecer y actuar como un adulto.
Hierba, flores, una pequeña casa de madera, un barco en el río, estaba leyendo un libro, pero era temprano en la mañana y anochecía. Desde el primer libro que leí, aprendí a estar tranquilo.
La inocencia infantil es gentil, y la expectativa más hermosa es tener un cuento de hadas, tener un sueño con una historia mágica.
Lo más inolvidable es la infancia. No importa cómo cambie el tiempo, la infancia sigue ahí y la distancia no es muy lejana, produciendo una belleza infinita.
¿Aún recuerdas la felicidad de tu infancia? ¿Mi intención original, mi primer sueño, el primer camino que recorrí, el lugar donde viví, las personas por las que debería estar agradecido?
La infancia es un río, ya no podemos entrar en él. La infancia es una canción que sólo se puede cantar suavemente en la memoria. El vaivén de la infancia siempre oscilará en junio, y las ondas del tiempo son el humo de la infancia.
Sin saberlo, la felicidad está muy lejos, y también la infancia. Sin embargo, soy ingenuo y siempre lo he sido. Con un corazón puro, ¿cuántos años deberían ser? Cada mes de junio siento que todavía somos adolescentes, todavía niños grandes, con una inocencia infantil, bondad en nuestros ojos y el paisaje del mundo.
En junio nos encontramos con la infancia. En esta fiesta tan especial rendimos homenaje a nuestro crecimiento, a nuestra infancia y a nuestros sueños.
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