Para decirlo sin rodeos, cuando una mofeta está en peligro, se convertirá en un pedo, burlándose del enemigo y haciéndose morir más rápido. Cuando un zorrillo se encuentra con un enemigo, levanta la cola y escupe un olor desagradable. Dejemos que el enemigo se comunique entre lágrimas y pierda el coraje de perseguir. Por eso la mayoría de los depredadores no molestan a los zorrillos a menos que tengan hambre. Entonces, ¿cuál es la composición del líquido extremadamente maloliente que arrojan los zorrillos?
Los zorrillos apestan porque sus glándulas secretan compuestos olorosos que contienen tioles, carboxitioles y metilquinolinas. Los tioles son la principal fuente del olor a zorrillo. Se trata de una sustancia que los mamíferos rechazan de forma natural. Aunque los carboxilatos de tiol no tienen un olor fuerte, son difíciles de limpiar si entran en contacto con el cuerpo o la ropa y se oxidan al exponerse al aire. En otras palabras, no se puede dispersar en un corto período de tiempo. Cada vez menos animales están dispuestos a comerlo. Después de todo, no querrás oler raro después de una comida. Esta es una excelente manera de protegerse.
Cuando detecta peligro, una mofeta baja la cola, la levanta y golpea el suelo con sus patas delanteras a modo de advertencia. Si no se hace caso a esta advertencia, la mofeta se dará vuelta y rociará a su enemigo con un líquido maloliente. Este líquido es secretado por glándulas cercanas a la cola. A una distancia de 3,5 metros, el proyectil no puede fallar en el objetivo. El fuerte hedor de este líquido se puede oler desde una distancia de unos 800 metros.