Cada uno escucha su propia voz, que es el resultado de una mezcla de conducción aérea y conducción ósea. Parte del sonido se transmite a los huesecillos a través del aire, y parte se transmite al cráneo a través de la pronunciación de la garganta, y vibra directamente al oído interno.
A través de este método de "combinación", la atenuación de la energía del sonido y el timbre se reduce mucho, lo que hace que las personas sientan que su voz es más baja y más fuerte, lo cual es diferente a lo que otros escuchan y graban.
Al propagarse por el aire, el sonido se verá afectado por el entorno y el timbre cambiará. Su propia voz reproducida en la grabación es equivalente a la voz escuchada por los demás. Lo que cada uno escucha es su propia voz, que es el resultado de una mezcla de conducción aérea y conducción ósea.
Datos ampliados:
Al tocar un instrumento musical, tocar la puerta o tocar la mesa, sus vibraciones harán que las moléculas de aire en el medio vibren rítmicamente, cambiando así la densidad del aire circundante, formando ondas longitudinales con densidades alternas, produciendo ondas sonoras. Este fenómeno continuará hasta que la vibración desaparezca.
Como tipo de onda, la frecuencia y la amplitud del sonido se han convertido en atributos importantes para describir las ondas. La frecuencia corresponde al tono y la amplitud afecta el sonido. El sonido se puede descomponer en una superposición de ondas sinusoidales de diferentes frecuencias e intensidades.
Los sonidos generales siempre contienen un rango de frecuencia determinado. El rango de frecuencia del sonido que el oído humano puede oír está entre 200.000 Hz y 20.000 Hz. Las ondas por encima de este rango se llaman ondas ultrasónicas y las ondas por debajo de este rango se llaman ondas infrasónicas.
Animales como perros y murciélagos pueden oír sonidos de hasta 1,6 millones de Hz. Las ballenas y los elefantes pueden emitir sonidos con frecuencias entre 15 y 35 Hz.
Materiales de referencia:
Enciclopedia Baidu-Sonido