Mi profesora es una persona muy gentil y amable. La voz es agradable y sigo riéndome. Ella es más una hermana que una maestra. Para mí, que comencé a aprender japonés desde cero, realmente me benefició mucho. Además del conocimiento del libro de texto, a menudo nos cuenta algunas expresiones cotidianas que aparecen en los dramas y películas japonesas. Además, siempre nos enseña que lo que importa no es el éxito, sino el proceso de trabajar para lograrlo. Así que espero con ansias la clase semanal de japonés. ¡Finalmente creo que tengo que aprender bien japonés!
¡Solo escríbelo como referencia!