La relación precio-beneficio, conocida como PE, es un indicador importante para evaluar el valor de la inversión en acciones. Representa la relación entre el precio de mercado de cada acción y las ganancias por acción. La denominada relación precio-beneficio estática es una herramienta básica para que los inversores midan la valoración de mercado de las acciones y determinen si el precio de las acciones está sobrevalorado o infravalorado.
Sin embargo, confiar únicamente en la relación P/E para medir la calidad de las acciones de una empresa no es absolutamente exacto. Si la relación P/E es demasiado alta, puede significar que el precio de las acciones es artificialmente alto y los inversores deben tener cuidado con la posibilidad de que se produzca una burbuja. Al comparar diferentes acciones, especialmente cuando la industria está creciendo rápidamente y tiene perspectivas prometedoras, debe asegurarse de que las acciones que se comparan pertenezcan a la misma industria para garantizar que la comparación sea justa.
La relación precio-beneficio se calcula dividiendo el precio de mercado actual por el beneficio por acción. A menudo se utilizan como denominador los beneficios del último año o los beneficios futuros previstos. Una relación P/E más baja significa que los inversores pueden adquirir acciones a un precio relativamente más bajo, aumentando así el rendimiento de la inversión. Las ganancias por acción se calculan dividiendo la ganancia neta menos los dividendos de las acciones preferentes por el número de acciones en circulación.
Cuando los inversores utilizan los ratios P/E para evaluar acciones, generalmente prefieren comparar los ratios P/E entre acciones similares en lugar de entre industrias, países o períodos de tiempo, ya que tales comparaciones pueden ser engañosas. Por lo tanto, la relación precio-beneficio es una herramienta importante para ayudar en las decisiones de inversión, pero debe analizarse exhaustivamente junto con otros indicadores financieros y el entorno del mercado.