¡Hola!
Llevas un año enseñándome. Me hiciste pasar de una persona con pocos conocimientos al principio a una buena estudiante con excelente rendimiento académico, pero en este año hay algunas cosas que nunca olvidaré.
Ese día todavía estaba lloviendo y entraste al salón de clases. Aunque tu voz era ronca, aun así nos diste una lección y dijiste cada palabra con dificultad.
Una vez me pediste que respondiera una pregunta y me levanté vacilante. Aunque respondí correctamente a tu pregunta, lo hice en voz baja. Fuiste tú quien me animó a superar mis tímidos obstáculos. Precisamente por eso me permitiste desarrollar una buena elocuencia.
Cuando tenga problemas, siempre los responderás uno por uno y me los contarás pacientemente hasta que pueda, una y otra vez. Cuando responda bien esta pregunta, una cómoda sonrisa aparecerá en tu rostro.
Cuando obtuve buenas calificaciones en el examen parcial, tú me elogiaste en clase y tomaste la iniciativa en aplaudir, lo que aumentó mi confianza y me ayudó a aclarar mis objetivos de aprendizaje.
Maestro, eres la vela brillante que señala la oscuridad en mi corazón y la oscuridad en el corazón de los demás estudiantes, aumentando el conocimiento y fortaleciendo la educación para la patria.
Eres un jardinero diligente. Siempre nos nutrirás con el sudor de tu amor. Si extrañas la luna brillante, nosotros somos las estrellitas, siempre protegiéndote y bendiciéndote.
Profesor Cheng, usted es mi profesor favorito. Me diste el conocimiento del tercer grado de la escuela secundaria y me enseñaste los principios de la vida. La maestra es como otra madre para mí, se preocupa por mí, me ama y me educa. Permítame decirle afectuosamente: "Maestro, ha trabajado duro. Cuando sea mayor, haré lo mejor que pueda por mi patria".
Maestro, tenga la seguridad de que haré lo mejor que pueda para recompensarlo.
Te deseo: Soy feliz todos los días, todo va bien y gozo de buena salud.
Tu alumno: Chen Yan.
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Cuarto grado de la Escuela Primaria Central Lianzhou en Qingyuan, Guangdong: Chen Yan