Cuando se estableció la monarquía constitucional británica

La monarquía constitucional británica se estableció tras el golpe de Estado de 1688. La "Revolución Gloriosa" de 1688 derrocó a la restaurada dinastía Estuardo y dio paso a los gobernantes protestantes holandeses Guillermo y María, que subieron al trono al mismo tiempo. Guillermo III y María II convocaron al Parlamento en 1689 para aprobar la Declaración de Derechos.

En 1701 se aprobó la "Ley de Sucesión al Trono", que confirmó jurídicamente el principio de "soberanía parlamentaria" e impuso grandes restricciones al poder real. El rey no puede aprobar, derogar o suspender leyes sin el consentimiento del Parlamento. También estipula que el rey debe ser creyente en la Iglesia de Inglaterra, y los católicos o aquellos casados ​​con católicos no pueden heredar el trono. El monarca absolutista fue reemplazado por un monarca constitucional sujeto a la constitución. Inicialmente se estableció la monarquía constitucional parlamentaria británica.