"Rojo y Negro" es un proceso largo, porque el tiempo le ha dado al escritor y a la obra la evaluación más desinteresada y justa de mi actitud de lectura. No puede ser como el de un libro más vendido. Es inescrupuloso y no puede ser tan evasivo como una novela romántica. Estoy en un diálogo sincero con esa época, y la atención se centra también en la exploración y el pensamiento más allá de la historia.
Lo que me hizo terminar este libro fue su inmenso encanto. El autor muestra un panorama social amplio de esa época a partir de un simple material de caso penal y eleva un delito penal común al nivel de investigación histórica y filosófica sobre el sistema social burgués francés de principios del siglo XIX.
La novela me permitió ver cosas que no podía sentir en los rígidos libros de historia, el período crítico en el que la aristocracia francesa y la burguesía se alternaban en el poder. De allí aprendí otra característica artística de las obras realistas: la "dialéctica del alma" de Stendhal sobre las personas de las que se enamora; ¿es esto diferente de lo que hice antes con Eugenie Goriot? Balzac es muy diferente en "Crear una situación personal" de Grandet.
¿El personaje más deslumbrante y artístico del libro es, naturalmente, Julian? Sorel, "un plebeyo, muy educado, trabajó como tutor, tuvo un romance con su amante, lo expuso, disparó a su amante y fue condenado a muerte" es el esqueleto de su vida. Su pasión y persistencia por la felicidad y su resistencia a las diferencias de clases muestran un espíritu casi heroico, conmovedor y de carne y hueso.
Lo que el autor enfatiza al restar importancia a la descripción material y enfatizar el seguimiento espiritual es la experiencia de Lian Chu de perseguir el "sueño heroico" bajo el impulso de la juventud. Es una resistencia a esa forma social, y también a la mediocridad y. Juventud desperdiciada. Cuando la realidad social se interpone en el camino de la ambición, sólo hay dos opciones: retroceder o resistir.
Aquellos jóvenes que no progresan frente a un personal reducido y se quejan todo el día de que la vida es aburrida son unos desertores. Pueden ser mediocres y cómodos, pero el progreso social los elimina. Aquellos que constantemente pueden fijarse metas en la vida y decidir realizar sus ideales de vida son rebeldes con el mismo espíritu que Lian.
Esta era ciertamente no acoge con agrado las palabras y los hechos hipócritas como medio, pero la pasión por la vida todavía es necesaria para resistir el vacío de la vida. Desde este punto de vista, el trágico final de Lian no sólo ilustra que "la resistencia personal no es factible", sino que también tiene un significado más práctico para la sociedad actual.