Mi cuñado vino a quedarse conmigo por la noche cuando mi esposo no estaba en casa y me contó sobre mi amor fuera de lugar.

Soy una joven generación posterior a los 80 que acaba de estar casada desde hace dos años. Tengo una vida rica que todos envidian, y también tengo un rostro encantador y una figura sexy y satisfactoria. También se puede decir que mi destino es bueno. Me casé con un marido rico de segunda generación. Pero desde que se hizo cargo del negocio que le dejó su suegro, se ha vuelto muy ocupado, e incluso pasa cada vez menos tiempo conmigo, tan poco que sólo vuelve a casa, me mira y me da algunas dinero de bolsillo antes de partir.

Al principio me preguntaba si mi marido estaba teniendo sexo al aire libre. Sin embargo, después de varios días de vigilancia por parte de algunos amigos y de mí, no encontramos malas intenciones en mi marido. Pero cada vez tiene más trabajo y el tiempo que pasa conmigo es como una esponja seca, no se le puede exprimir ni una gota de agua.

A veces regresa en medio de la noche y me levanto de la cama con entusiasmo para burlarme de él, pero todo es en vano. Él me pregunta con cansancio si podemos volver a hacerlo al día siguiente. Así, siguió intentando frustrarme una y otra vez. Me hizo sentir solo.