La etiología y patogénesis de la depresión involucran bioquímica, neuroendocrinología, neuroinmunología, anomalías fisiológicas del sueño y electroencefalograma, imágenes cerebrales, genética, factores psicosociales, etc.
El tratamiento de la depresión incluye principalmente medicación, psicoterapia y fisioterapia. Objetivos del tratamiento: mejorar la tasa de curación clínica, mejorar la calidad de vida, restaurar las funciones sociales y prevenir la recurrencia.
Todo el tratamiento de la depresión se puede dividir en tres etapas: tratamiento agudo, tratamiento de consolidación y tratamiento de mantenimiento.
Los antidepresivos tienen un efecto terapéutico sobre la depresión y la ansiedad, la tensión y los síntomas físicos que la acompañan, con una tasa efectiva del 60 al 70%. Por lo tanto, cooperando activamente con el tratamiento del médico y siguiendo estrictamente sus instrucciones, los síntomas de la mayoría de los pacientes pueden aliviarse y regresar al estado anterior a la enfermedad. Sin embargo, la recuperación de la depresión está relacionada con muchos factores. Algunos pacientes pueden experimentar episodios recurrentes de depresión, o incluso el curso de la depresión es crónico, lo que hace que los pacientes experimenten síntomas residuales relacionados con la depresión, y sus habilidades sociales y vocacionales también pueden verse afectadas en diversos grados. El suicidio es una de las consecuencias más graves de la depresión.