En este libro que completó en 1993, Kiyosaki señaló que el sistema educativo existente confunde a los niños y tiene muchos problemas.
En primer lugar, aunque los educadores conceden gran importancia a cultivar la creatividad y la capacidad de pensamiento independiente de los estudiantes, se centran en proporcionarles respuestas correctas. De hecho, tan pronto como los estudiantes descubren que la respuesta es única, su búsqueda de conocimiento se detendrá bruscamente. De esta manera, para sobrevivir y desarrollarse en el sistema de enseñanza existente, el enfoque general sólo puede ser mejorar la capacidad de la memoria mecánica. Pero de esta manera no tienen la capacidad de resolver diversos problemas complejos que cambian constantemente en la sociedad real. El sistema de enseñanza existente no capacita a los estudiantes jóvenes para que utilicen sus habilidades de pensamiento para enfrentar diversas situaciones cambiantes, sino que solo capacita a un gran número de estudiantes de posgrado. Estos "productos" sólo saben que no pueden prescindir de la supervisión de otros, y debido a ello. La falta de creatividad hace que su futuro sea muy limitado.
En segundo lugar, el sistema educativo existente no es más que una máquina que elimina estudiantes. Los estudiantes de esta máquina serán eliminados porque su desempeño en ciertos cursos no es lo suficientemente sobresaliente. Esta práctica de comparar estudiantes y dividirlos en estudiantes promedio y estudiantes excelentes solo tendrá un impacto negativo en la psicología de los estudiantes. Los estudiantes que obtienen malos resultados en determinadas materias son ridiculizados por sus compañeros, lo que daña enormemente su autoestima. Al mismo tiempo, los estudiantes que hacen todo lo posible para "ganar" y finalmente son recompensados y elogiados perderán su entusiasmo y cierta ética (Kyosaki, 1993).
En tercer lugar, las escuelas actuales no enseñan a los estudiantes cómo financiar e iniciar un negocio. Por el contrario, por un lado, a los educadores les gusta establecer deliberadamente para los estudiantes el viejo concepto de que "el dinero es siempre un pecado" y, por otro lado, defienden que la educación es para conseguir un buen trabajo y lograr seguridad financiera. Kiyosaki (1993) no está de acuerdo con esto. Él cree que el dinero en sí no es pecaminoso. Por el contrario, es precisamente porque las personas carecen de una comprensión correcta del dinero que se embarcan en el camino de perseguirlo y despilfarrarlo a expensas del suyo propio. destrucción.