Año tras año, hay altibajos; día tras día, mientras el sol se pone, el amor de mi alma mater se filtra en mi corazón. Ayer leí y escribí aquí; hoy, prospero aquí, mañana despegaré desde aquí.
Mis compañeros me dan mucha felicidad, al igual que mis hermanos y hermanas, me apoyan y me ayudan en la oscuridad.
Estudiantes, las huellas de nuestra infancia quedan en los caminos del campus, y las risas y las risas quedan en los macizos de flores.