Xu Yuanchong trabaja frente a una computadora de escritorio desde las 10 p. m. hasta las 3 a. m. todos los días. Las noches son el mejor momento para él, ¿no? ¿Período de alto rendimiento? . Xu Yuanchong disfrutaba frente a la pantalla de la computadora durante seis o siete horas todos los días, insistiendo en ingresar los resultados de su traducción diaria en el documento de la computadora palabra por palabra.
En segundo lugar, este incidente me conmovió.
Me emocioné mucho después de ver esta noticia. Incluso a una edad tan avanzada, el anciano todavía no ha abandonado su carrera y traduce más de 1.000 palabras cada día. Su perseverancia es asombrosa.
El anciano integró la traducción a su vida. Considera la traducción como un curso obligatorio todos los días, un hábito que ha desarrollado a lo largo de los años. Una persona puede beneficiarse de un buen hábito para toda la vida.
En tercer lugar, me conmovió el espíritu del anciano de aplicar lo que aprendió.
Xu Yuanchong se ha retirado. Debería haber disfrutado de su tiempo libre, pero no lo hizo. Amplió el valor de su vida y continuó trabajando como traductor. Este espíritu es encomiable.
A los 100 años no se olvidó del trabajo de traducción. Cuando tenía 93 años se propuso la meta de traducir las obras completas de Shakespeare, lo cual fue muy grande. Él encarna el valor de la vida en su trabajo de traducción, y este espíritu es encomiable.
En cuarto lugar, el valor de la vida reside en la dedicación.
Algunas personas están vivas pero muertas, y otras están muertas pero siguen vivas. Por eso vive la gente. Si integramos nuestras vidas en el proceso de desarrollo social, nuestras vidas tendrán mucho significado. ¿Qué sentido tiene vivir así si sólo satisface nuestras necesidades diarias de comida y bebida?
Este profesor quiere integrar su vida a la carrera de traducción, contribuir al desarrollo del país y hacer su vida más brillante.
Los jóvenes deben seguir su ejemplo, estudiar mucho, desarrollar sus talentos y contribuir más a la sociedad. No te avergüences de la mediocridad y no te avergüences de desperdiciar tu vida.
En resumen, admiro mucho a este anciano. Quiero aprender de su constancia y dedicación y contribuir al desarrollo del país.