¡La primavera es maravillosa por su dulzura, el verano es maravilloso por su entusiasmo, el otoño es maravilloso por su tranquilidad y el invierno es maravilloso por su indiferencia! ¡Todo en el mundo es maravilloso gracias a su vida tenaz!
Había un gran árbol frente a mi antiguo jardín. Hacía varios años que no le salían hojas y todos pensaban que estaba muerta. Mi familia se ha estado mudando en los últimos días y era inconveniente llevarlo dentro y fuera, por lo que mi madre decidió cortarlo. De todos modos es inútil conservarlo, bien podría quemarse como leña.
La noche es muy tranquila, sopla una brisa cálida y la luz de la luna brilla sobre la tierra. A través de la tenue luz plateada, vi algo meciéndose con el viento en la copa del árbol muerto, y su postura danzante iluminó la triste noche. A la luz de la luna, parece gris negruzco. No podía creer lo que veía. Caminé hacia el árbol y miré fijamente. ¡ah! A los árboles viejos les crecieron hojas. Aunque es un lugar solitario, es realmente increíble. Esa es una pintura maravillosa.
Acaricié el viejo árbol y las grietas mostraban su edad. Los gruesos troncos y las densas ramas parecen no haber cambiado en absoluto a lo largo de los años. ¡Cuántos desastres ha experimentado! Al crecer en el ambiente húmedo de la brisa primaveral, fui testigo del milagro de la resurrección de todas las cosas. Las nubes absorben los nutrientes de la Madre Tierra, aceptan el bautismo del verano y afrontan la prueba del invierno. Año tras año, finalmente creció y creció. Estiró los brazos y miró hacia el hermoso cielo. Sin embargo, justo cuando disfrutaba de la vida, un desastre se lo llevó todo. Las hojas ya no tienden hacia él y los pájaros parecen alienados de él. Ha pasado por cuatro temporadas. Ha experimentado el calor abrasador del invierno, el frío invierno del duodécimo mes lunar, ha sido testigo de miles de kilómetros de hielo y nieve y ha apreciado la magnificencia del maquillaje rojo, pero nunca ha recuperado su antigua exuberancia y prosperidad. La gente quiere acabar con su vida, pero ella nunca se da por vencida y no está dispuesta a ser destruida. Sus esfuerzos y su perseverancia le hacen agradecer el favor de la primera hoja. Es el milagro de la vida que no se pueda extinguir la voluntad de vivir en tanta adversidad. Crece tenazmente.
Mirando las hojas verdes, me parece ver innumerables vidas saltando, con un corazón ardiente que nunca se encogerá. ¡Secoya! Me enseñaste a nunca rendirme ante la adversidad y nunca inclinarme ante el destino hasta el final. ¡Tu vida tenaz es lo que me anima!
Este maravilloso momento es un salto en la vida, balanceándose hacia el corazón con perseverancia. Tú entiendes el significado de las montañas y los ríos, el camino sin duda, ¡y quiero aprender de ti!