Los ventiladores mecánicos se originaron en 1830. Un estadounidense llamado James Byron se inspiró en la estructura de los relojes e inventó un ventilador mecánico que podía fijarse al techo y accionarse mediante un mecanismo de relojería. El aire frío que traen las aspas giratorias de este ventilador hace que las personas se sientan frescas, pero es problemático subir la escalera para darle cuerda.
En 1872, un francés llamado Joseph inventó un ventilador mecánico accionado por una polea de relojería y accionado por un dispositivo de cadena de engranajes. Este tipo de ventilador es mucho más refinado y fácil de usar que el ventilador mecánico inventado por Byron.
En 1880, el americano Schuller instaló por primera vez la pala directamente en el motor y luego lo conectó a la fuente de alimentación. Las aspas giran rápidamente y una brisa fresca sopla hacia ti. Este es el primer ventilador eléctrico del mundo.
Desde entonces, los ventiladores eléctricos han entrado en miles de hogares. Según las necesidades de cada uno, el fabricante ha diseñado ventiladores de techo, ventiladores de mesa y ventiladores de suelo. Algunos sacuden la cabeza, otros no, y algunos tienen ventiladores de caja; algunos ventiladores de piso sacuden la cabeza para pasar las páginas. También hay un pequeño ventilador eléctrico especialmente colgado en la mosquitera. Cuando duermes por la noche en verano, la brisa soplará suavemente tan pronto como lo enciendas, lo que te permitirá dormir tranquilamente y no enfermarte.