En primavera, hay varias flores en los parterres del campus, como jazmín, rosa, rosa, canna... La brisa sopla y todo el campus se llena de una ligera fragancia. En verano, el sol abrasador quema la tierra y la hierba al borde del camino cae sedienta. Las hojas del sicomoro estaban inmóviles y las cigarras cantaban alegremente en el árbol. En otoño, las hojas caen de los árboles como mariposas amarillas bailando. Debido al clima helado del invierno, las hojas caídas se rompen en pedazos al pisarlas, dejando el suelo como una alfombra amarilla. ¡Me encanta nuestro campus!
A través de una cuidadosa observación y una vívida descripción, el joven autor nos muestra un campus pintoresco a lo largo de las cuatro estaciones. El lenguaje es delicado. El amor por el campus impregna entre líneas.