El objetivo final de la gestión lean es lograr la mejora continua y el valor añadido. Su objetivo es lograr operaciones organizativas eficientes y un crecimiento empresarial sostenido eliminando el desperdicio, mejorando la calidad y la eficiencia, y optimizando los procesos y la asignación de recursos. A través de una gestión eficiente, las organizaciones pueden satisfacer mejor las necesidades de los clientes, proporcionar productos y servicios de mayor calidad y aumentar el compromiso y la satisfacción de los empleados, logrando así una mejora continua y un valor añadido.