Los candidatos que han aprobado el examen preliminar tienen ciertas expectativas y esperanzas, pero al final la sensación de pérdida y decepción puede ser más fuerte. Sin embargo, que te cepillen no significa que todo haya terminado. Necesitamos afrontarlo con calma, descubrir las razones, reflexionar y resumir y mejorar constantemente nuestras capacidades y competitividad. Por ejemplo, puede concentrarse en sus propias deficiencias, fortalecer la revisión y la práctica, reformular su plan de exámenes de ingreso de posgrado o considerar postularse para otras universidades o especialidades. En definitiva, ser cepillado no es un fracaso, sino un desafío, hay que afrontarlo activamente y seguir trabajando duro para conseguir mejores resultados.
Para los candidatos que no han ingresado al reexamen, es posible que no hayan experimentado la evaluación del examen preliminar, por lo que no tienen altas expectativas sobre sus habilidades y oportunidades, pero aún así se sentirán perdidos y frustrado. En este caso, los candidatos deben analizar con calma los motivos y realizar una autorreflexión. Las posibles razones incluyen: calificaciones y habilidades insuficientes, preparación insuficiente de los materiales de solicitud de reexamen y comprensión inexacta de los requisitos de reexamen. Ante el fracaso, los candidatos deben mantener una actitud positiva, no negarse a sí mismos y no ser demasiado pesimistas. Deben elaborar próximos planes de acción basados en su situación real, mejorar constantemente sus capacidades y competitividad y esforzarse por lograr mejores resultados. en el próximo examen.
En definitiva, no importa si te han cepillado o no, debes afrontarlo con calma, no culparte demasiado ni negarte, averiguar los motivos, reflexionar y resumir, mejorar constantemente tus capacidades. y competitividad, y sentar mejores bases para el desarrollo futuro.