Tengo unas velas en el cajón de mi comedor. Se usarían para cenas románticas y ocasiones especiales, pero desde el nacimiento de mis tres hijos han quedado olvidados entre servilletas y otros cachivaches. Han estado esperando a que los saquen del cajón y los enciendan, compartiendo la luz con cualquiera que se tome el tiempo para sentir su calidez.
¿No son nuestras almas como esas velas, esperando pacientemente a que alguien nos deje ser nosotros mismos? Todos estamos esperando nuestro propio momento para brillar; cada uno de nosotros tiene una luz especial que nadie más puede igualar.
¿No son nuestras almas como velas? Esperando pacientemente a que alguien nos descubra y nos deje brillar. Hemos estado esperando el momento de la luz; todos tenemos nuestra propia luz única que nadie más puede igualar.
Las velas están hechas de cera y una mecha; nosotros tenemos cuerpos, pero nuestra esencia está en nuestra mente y alma. Las velas son únicas en color, forma y diseño. Nuestra historia de vida y nuestras experiencias son el contexto de quiénes somos, pero nuestros pensamientos son como mechas de velas que mantienen encendidas nuestras pasiones. A diferencia de las velas de mi cajón, cuyo uso depende de mi capricho, nosotros controlamos nuestros pensamientos y controlamos con qué intensidad o intensidad ardemos.
Las velas están compuestas de cera y mecha; los humanos tenemos cuerpo, pero nuestra esencia existe en el espíritu y el alma. Las velas tienen sus propios colores, formas y patrones únicos. La historia y las experiencias de nuestras vidas son el contexto que determina quiénes somos, pero sólo nuestros corazones son corazones de vela que permiten que la pasión forme una llama. A diferencia de las velas en un cajón esperando el interés temporal de otra persona para decidir si encenderlas o no, nosotros podemos decidir nuestras propias ideas y si podemos brillar.
¿La vela de tu alma está apagada por las circunstancias o por la falta de pasión y dirección? ¿Escondido en un cajón del estrés, la preocupación o el resentimiento? Tome la decisión de permitirse brillar de la forma en que debe brillar.
¿La vela de tu corazón está apagada debido a las circunstancias o a la falta de pasión y dirección? ¿Está escondido en un cajón de estrés, preocupación y resentimiento? Toma una decisión y brilla como debes brillar.